Kill Bill - Trailer


 Director: Quentin Tarantino. 2003.

La cuarta película de Quentin Tarantino es la historia épica de la búsqueda por justicia de una mujer, presentada en dos entregas.

En Kill Bill Vol. 1 el personaje del título, interpretado por DAVID CARRADINE, es una figura oculta que ha organizado el grupo élite llamado Deadly Viper Assasination Squad (Escuadrón de Asesinato, Víbora Mortal) o DiVAS. Todos los integrantes tienen un nombre código a propósito de serpientes venenosas, la más peligrosa de todas es la Black Mamba (Mamba Negra) interpretada por Uma Thurman, antigua amante de Bill.

Al inicio de la cinta un policía de Texas inspecciona una escena gris: todos los participantes de una boda han sido asesinados en una pequeña capilla rural.
La mujer embarazada con el vestido de boda salpicado de sangre es Black mamba, mejor conocida como The Bride (La Novia).



Bill y los Viper creen muerta a The Bride, desafortunadamente para ellos, sólo estaba en coma.

La Viper -California Mountain Snake- también conocida como Elle Driver (DARYL HANNAH), se infiltra al cuarto de hospital donde yace The Bride, disfrazada de enfermera y blandiendo una jeringa, justo en el último momento posible es detenida por una llamada del mismísimo Bill.

Cuatro años después, The Bride se despierta y se da cuenta lo que le hicieron.
Su primer objetivo entre los participantes de la masacre de la boda es la Viper conocida como Cottonmouth, O-Ren Ishii (LUCY LIU). A los siete años escapó del asesinato de sus padres. A los once tuvo su sangrienta venganza y desde entonces se ha convertido en la primera mujer -Jefe de Jefes- del yakuza japonés.

En Okinawa, The Bride adquiere un arma legendaria de manos de el último gran forjador de espadas samurai, el legendario maestro del ninjitsu Hattori Honzo (SONNY CHIBA). En Tokio, O-Ren es escoltada por sus mortales hombres de confianza a una reunión en un extenso restaurante/club nocturno, el House of Blue Leaves. El ataque de The Bride a esta fortificación resulta en una batalla de artes marciales contra cientos de soldados del escuadrón de choque personal de O-Ren, los Crazy 88s.

El ataque incluye la confrontación personal con dos de los auxiliares de O-Ren, su asistente personal, Sophie Fatale (JULIE DREYFUSS) y su guardaespaldas personal Go Go Yubari (CHIAKI KURIYAMA). El asalto culmina en un clásico y trágico enfrentamiento entre estas dos formidables guerreras. O-Ren y The Bride. Empezamos a sentir que la búsqueda por justicia podría cobrar una pesada cuota emocional a The Bride.

Días después en Pasadena, California, The Bride se aproxima a su segunda batalla con un Viper, Copperhead, también conocida como Vernita Green (VIVICA A. FOX).
La presencia en la escena de la pequeña hija de Vernita le da una lúgubre ironía a la historia de búsqueda y castigo de una viuda-madre.

Como una de las consecuencias de la batalla épica en Tokio, Bill aparece enpantalla por vez primera para interrogar a la única sobreviviente, Sophie Fatale acerca de las intenciones de The Bride.

(De las notas de Producción de Kill Bill. Traducción: Luis Vega.)

Tarantino y su puntería.

Resultaba difícil creer que Tarantino se encargaría de realizar una película de artes marciales, sobretodo porque su filmografía se basaba en la cultura gringa en su sustrato más bajo, la delincuencia organizada.



Tanto Reservoir dogs (Perros de reserva), Pulp Fiction y Jackie Brown son claro ejemplo de la maestría del también guionista para explotar situaciones inverosímiles e impactantes.
Para crear anti-héroes adictos a la heroína o ladrones venidos a menos, y polis con orientaciones muy pero muy raras.

Pero bastó con ver las primeras escenas del primer volumen de Kill Bill para quedar totalmente apanicado (sic). Me sentí totalmente decepcionado de mí mismo, por no haber creído, por no haber tenido fe.
Con cada nueva escena, con cada secuencia con cada toma, esta cinta te sorprende una y otra y otra vez. Una vez que piensas que ya descubriste el hilo de la trama Tarantino te sacude la cabeza con una retahíla de imágenes impresionantes y -gracias a dios- llenas de violencia como nunca antes la habíamos visto en ninguna cinta de Tarantino.

Los defensores de las buenas costumbres en el celuloide, muy probablemente, dejaron la sala antes de ver las preciosas secuencias de anime insertadas en la cinta, como implantes de silicón en una estrella porno, de manera imperceptible.

Nosotros estamos de plácemes porque el gran Quentin se nutrió de toda la filmografía oriental, se hace evidente la influencia del cine setentero de Hong Kong donde surgió el fenómeno pop-religioso que rinde culto a Bruce Lee.
Aunque no deja de lado la ceremonia y elegancia de los filmes nipones de los cuarenta. KBV1: ¡a verla ya!

Mr Freak Sin.

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